Capítulo 4

Entre amigos Yo estaba muy tranquilo desayunando mis enchiladas con bistec en el Café del Fondo, cuando el Teo y yo te vimos pasar con una pelirroja. Le dijo Fausto a Ed. —¡Ya valió madres! Pensé cuando entraste con Marion. Teo estaba de espaldas a la puerta, así que él no alcanzó a ver la figura espectral de la güera. —¡No te apures! ¡La vi reflejada en la cara que pusiste! – Rieron los tres. —Ella traía pantalones ajustados, una blusa color marrón estilo hindú, muchas pulseras y en el cuello un collar con bolitas de madera que olían a flores. —¿Qué tal idealiza este wey a Marion? ¡Era un rosario tibetano de sándalo! Dijo Ed.   —El asunto es que olía muy bien ¿no? —Sí, a diferencia de nosotros, porque no teníamos agua en la casa. Le respondió Teo. —Lo que sea, déjame terminar con la escena. Dijo Fausto. Y entre tanto tomó otro sorbo del mezcal que Ed le acababa de servir. —Ese día, cuando Marion se sentó en la mesa con nosotros vi clarito como se le dilataron las pupilas. —¡Ah, si wey! ¡No inventes Fausto! —¡Me cae¡ Ya sé que no me crees, pero yo la …

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Capítulo 3

Teo se , levantó y se detuvo en la entrada del tejabán. Fausto y Marion se acercaron a él. —Algo ocurre, lo presiento. Les dijo. La lluvia se precipitaba con fuerza. Entonces Fausto abrazó a Marion por la espalda. Teo se giró y los miró por un instante. —Sí, ustedes muy juntitos con luz de vela y todo. — Dijo sarcástico. —¿Pero saben? Ya no me importa, porque yo tengo a mi brazo. En ese momento Teo levantó su brazo izquierdo y le dijo. —¿Verdad, Brazo, que nos tenemos a nosotros? A Marion y Fausto les resultó cómico que hablara con su brazo. —Somos buenos amigos ¡Brazo no se me despega un minuto!, es más, Brazo también me abraza. En ese momento Teo se giró de espalda a sus amigos y comenzó a acariciarse la espalda. —Tu es un peu fou mon cher. Después Teo se giró de nuevo hacia sus amigos y se quedó un momento contemplando la palma de su mano izquierda en silencio. Unos segundo más tarde sus amigos vieron como volvió en sí y trató de bajar su brazo. Pero no pudo. Intentó de nuevo pero su brazo no le respondió.  Sacudió varias veces su cuerpo. …

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Capítulo 2

6 de agosto por la noche del año 2000 Los tres amigos pasaron todo el día recorriendo el jardín surrealista y cuando vieron que el vigilante cerró la puerta y abandonó el lugar, bajaron y se reunieron dentro de un tejaban que estaba a pocos metros de la entrada. En el lugar había mesas y sillas de plástico, dejaron sus mochilas en el piso de piedra y se sentaron.  Fausto sacó los restos de comida y una botella de agua que traía en su mochila A Teo la noche le pareció distinta a cualquier otra. Le daba la sensación de que alguien los observaba desde la selva.   En poco tiempo la oscuridad los envolvió por completo. Marion sacó una vela de su mochila y la encendió, la luz apenas iluminaba sus rostros. Unos diez metros delante de ellos se elevaba una peña repleta de vegetación que era sacudida por los animales que pernoctan en ella y por una ligera brisa que movía las ramas y enredaderas colgantes. Los últimos trazos de luz que se proyectaban sobre la vegetación en movimiento. Teo y Fausto se sentaron a contemplar el espectáculo. Teo acarició las dos piedras de su collar cuando de …

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Prefacio

En la tarde del 30 de diciembre del 2006 mientras caminaba por el parque Güell en Barcelona, he visto a una mujer que corría hacia la salida del parque sujetándose con fuerza su brazo izquierdo. Me ha parecido algo desesperada y justo al cruzar la puerta la he escuchado gritar tristemente el nombre de Fausto.   Pocos minutos después he encontrado en una de las bancas del parque, una vieja libreta que en la cubierta dice, Diario de un viaje místico.  Al abrirla  he leído el nombre de Fausto en varias ocasiones. Me di cuenta que pertenecía a la chica, entonces  decidí dejar una nota con mis datos al vigilante y salí a buscarla con la diario bajo el brazo. Durante varios días la busqué por las calles estrechas, húmedas y góticas de la ciudad a la misteriosa chica sin éxito. Y cuando llegaba a mi habitación por la madrugada, leía el diario por curiosidad. Al principio me parecía solo el relato de un viaje por México; pero al avanzar en la lectura algo inquietante me pasó. De pronto mi brazo izquierdo se ha movido por su propia voluntad. Durante el día buscaba a la chica. En tres ocasiones la …

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Capítulo 1

Diario de un viaje místico    06 agosto 2000 Eran las seis de la mañana cuando el autobús se detuvo en la carretera y el conductor gritó el nombre del pueblo. ¡Xilitla!  Muchos pasajeros bajaron, entre ellos estaba Teo que observaba como la neblina cubría la selva a su alrededor. Fausto se frotó los ojos y se percató de que el chofer no era el mismo que recordaba hubiese visto el día anterior. Esto lo puso a pensar un momento. Marion leyó el viejo y oxidado letrero a un costado de la carretera que decía. “Las pozas y el jardín surrealista un kilómetro”. El camión partió y los tres amigos se acomodaron las mochilas en la espalda para caminar. El ruido que hacían los pájaros al despertar los envolvió. Aún no podían ver gran cosa a su alrededor a causa de la neblina, pero sabían por el sonido que un río corría cerca de donde estaban. Solamente percibían a duras penas el camino de tierra que se adentraba en la selva y dejaba atrás la solitaria carretera. Tras unos minutos de marcha, el día se aclaró. Y entre la neblina, distinguieron un gran portal de fierro a un costado de un …

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